Mi experiencia con los cursos de coaching de vida II
Poco después
de la graduación, Cacas se fue a Inglaterra por trabajo, en ese inter yo me
escapé a la playa y realmente sentía como si me estuviera escapando, como si al
sentirlo lejos por fin podía ser yo y hacer algo divertido. Nuestra relación era
una mierda, pero no podía salir de ella.
Cuando
volvimos a vernos me pagó la mitad del curso y él se metió a la segunda parte. Me
enfermé de gripa por el aire acondicionado del avión y tuve que posponer mi
entrada al curso y adivinen que me dijo el Cacas: opción a) se preocupó y me llevo
al doctor, opción b) se quedó a cuidarme y nos empiernamos viendo pelis, opción
c) me regañó por ser tan irresponsable y no estar preparada para vivir el curso
al máximo… la respuesta los sorprenderá.
El Cacas siguió
con el tercer curso, le vendieron la idea de que cada curso se volvía más caro
porque cuando pagas mas por algo lo valoras más. Para el Cacas esos cursos ya eran
su religión.
Un día me
dijo que se quitaría la barba porque en el curso le habían dicho que él era
quien era por lo que tenía adentro (pura caca), no por su exterior, así que todos
tenían que hacer un “sacrificio”, un cambio físico, y yo le dije -¿si los del
curso te dicen que te tires de un puente te tiras?- y explotó, me dijo que yo
no lo apoyaba en nada, entonces sin querer me confeso que le había ido fatal en
Inglaterra, que prácticamente lo habían pendejeado, que su nuevo equipo no lo
aceptaba bien como gerente y que yo DEBÍA apoyarlo incondicionalmente. Con razón
había vuelto tan emputado.
Yo agarré
un mecanismo de defensa muy extraño, cuando él me ofendía, me gritaba o peleábamos
por cualquier cosa yo me cagaba de la risa, la verdad era una risa nerviosa,
nerviosa porque nunca me habían gritado, nerviosa porque pensaba para mis
adentros ¿qué demonios estoy haciendo aquí? Y en especial porque sentía que estaba a nada
de ponerse físicamente violento. Lo bonito del asunto es que sin querer eso le insultaba
muchísimo, me decía que yo no lo respetaba y que siempre me burlaba de él
incluso frente a otras personas.
El Cacas
estaba tan obsesionado con la secta esa de coaching que mandó traer a su madre
y a su hermano vagales de otro estado para meterlos al curso. Me llegó a
mencionar que quería meterse de coach, yo no le dije nada porque sabía que estábamos
a días de terminar y me valía lo que hiciera, pero también pensé, si alguien
con una vida tan jodida como el Cacas puede meterse de coach para “arreglar” la
vida de los demás, esto esta peor de lo que imaginaba.
También recuerdo
que diaro (¡DIARIO!) se tenía que reportar con un supervisor del curso y
contarle como le había ido en el día y cuales habían sido sus sentimientos. En
una ocasión escuché que le decía que había estado conmigo todo el día y se sentía
muy feliz.
Llego el día
en que de mala gana entré al curso, en parte porque estaba un con este estira y
afloja con el Cacas y en parte porque me daba mucho morbo y curiosidad, por lo
poco que él me contó ya tenía una pequeña idea de que esperar.
(Continuara pronto, lo prometo)
Comentarios
Espero te encuentres de lo mejor y que sí continúes escribiendo. Hubo un buen de tiempo entre tu anterior post y éste, tenía la duda de si ibas a seguir. Un afectuoso saludo hasta allá.
saludos!!
Chale.
Dark.
Ay... aqui ando... ya voy a escribir de nuevo u_u