Mi experiencia con los cursos de coaching de vida II
Poco después de la graduación, Cacas se fue a Inglaterra por trabajo, en ese inter yo me escapé a la playa y realmente sentía como si me estuviera escapando, como si al sentirlo lejos por fin podía ser yo y hacer algo divertido. Nuestra relación era una mierda, pero no podía salir de ella. Cuando volvimos a vernos me pagó la mitad del curso y él se metió a la segunda parte. Me enfermé de gripa por el aire acondicionado del avión y tuve que posponer mi entrada al curso y adivinen que me dijo el Cacas: opción a) se preocupó y me llevo al doctor, opción b) se quedó a cuidarme y nos empiernamos viendo pelis, opción c) me regañó por ser tan irresponsable y no estar preparada para vivir el curso al máximo… la respuesta los sorprenderá. El Cacas siguió con el tercer curso, le vendieron la idea de que cada curso se volvía más caro porque cuando pagas mas por algo lo valoras más. Para el Cacas esos cursos ya eran su religión. Un día me dijo que se quitaría la barba porque en el curso le